Un viaje que dejó huella: Juegos Intercolegiales 2025 en San Luis Potosí
- Información y Soporte IAE
- 7 abr
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Del 3 al 6 de abril de 2025, los corazones de nuestra comunidad educativa latieron con fuerza, ilusión y esperanza mientras emprendíamos una travesía hacia San Luis Potosí, sede de los Juegos Intercolegiales. Esta experiencia no solo fue un evento deportivo: fue un encuentro con los valores que nos identifican, una vivencia que reafirmó nuestra misión como comunidad guiada por Jesús, Verbo Encarnado.
Una partida llena de emoción y fe
Desde las primeras horas del 3 de abril, el entusiasmo era palpable. Alumnos, familias, docentes y directivos se reunieron con maletas llenas de sueños, uniformes cuidadosamente doblados y la firme convicción de representar con orgullo al Instituto Anglo Español - Primaria. Cada saludo, cada sonrisa y cada oración de despedida reflejaban la alegría de un grupo unido por un mismo objetivo: competir con respeto, aprender con humildad y convivir en fraternidad.
Iniciamos nuestro camino con la bendición de Dios. En cada kilómetro recorrido, sentimos Su protección y compañía. Fue una oportunidad para fortalecer lazos entre compañeros, maestros y familias. Las canciones durante el trayecto, las anécdotas compartidas y los paisajes que cruzamos nos llenaron de gratitud y emoción.
Una llegada prometedora
Al arribar a San Luis Potosí, nos recibió un clima cálido y una ciudad vibrante. El hospedaje, la logística y la organización del evento fueron impecables. Agradecemos profundamente a la comunidad del Colegio Miguel M. de la Mora quienes nos brindaron su apoyo para que cada uno de los participantes se sintiera como en casa.
La bienvenida oficial a los Juegos fue un momento inolvidable: colores, banderas, música y alegría se entrelazaron en un ambiente de respeto y hermandad. Nos llenó de orgullo ver desfilar a nuestra delegación, portando los colores que nos representan y levantando en alto el espíritu de nuestra institución.
Deportes que nos formaron más allá de la competencia
Durante estos días, nuestras disciplinas principales fueron atletismo, fútbol y basquetbol. En cada una de ellas, nuestros estudiantes demostraron no solo talento y esfuerzo, sino también nobleza, trabajo en equipo y fortaleza espiritual.
Atletismo: la carrera del corazón
Nuestros atletas corrieron con el alma. Cada paso en la pista fue una muestra de perseverancia y valentía. Alcanzamos importantes logros, y más allá de las medallas, nos llevamos el aprendizaje del esfuerzo continuo y del autocontrol.
Los aplausos del público, las sonrisas al cruzar la meta y los abrazos entre compañeros fueron la mejor recompensa.
Fútbol: más allá del marcador
Aunque los resultados en fútbol no fueron los esperados, nuestros alumnos se ganaron el respeto de todos por su entrega y actitud ejemplar. A cada minuto de juego, mantuvieron la frente en alto y el corazón firme. Comprendimos que a veces, el crecimiento viene más del proceso que del resultado.
Aprendimos a levantarnos, a celebrar las pequeñas victorias y a seguir construyendo como equipo.
Basquetbol: pasión que rebota y crece
Los partidos eliminatorios de basquetbol fueron emocionantes. Vimos crecer a nuestros jugadores en estrategia, precisión y compañerismo. Cada enceste fue celebrado como un triunfo colectivo. La conexión entre jugadores y entrenador fue clave para mantener el ánimo y avanzar en el torneo.
Agradecemos a nuestras porras, siempre presentes con cantos, pancartas y mucho cariño.
Una lección sobre la sana convivencia
Uno de los pilares más significativos del evento fue nuestro compromiso con el proyecto institucional: “Transformemos la violencia en una sana convivencia”. Este lema que trabajaremos como comunidad educativa será parte de la preparación del Jubileo 2025, viviremos en cada saludo, en cada gesto de cortesía hacia nuestros compañeros, docentes y familias.
Los juegos fueron una plataforma para aplicar lo que día a día fomentamos en el aula: la empatía, la tolerancia, la escucha activa, el respeto mutuo. Así, cada competencia fue también una oportunidad para forjar mejores ciudadanos, comprometidos con una sociedad pacífica y colaborativa.
Acompañamiento que fortalece
Nada de esto hubiera sido posible sin la entrega y presencia de nuestras maestras y maestros, verdaderos pilares en este proceso. Guiaron, motivaron, cuidaron y animaron a cada estudiante, incluso en los momentos de cansancio o nervios.
Su amor por la enseñanza se reflejó en cada conversación y en cada indicación durante las competencias.
De manera muy especial, agradecemos a nuestra querida madre Griselda Cecilia Jaramillo Torres, quien con su liderazgo cercano y cálido fue guía espiritual y emocional para todos.
Su mensaje constante de aliento y fe nos dio fuerza en cada paso, y su ejemplo nos recuerda que la educación también se siembra con cariño.
Una comunidad presente
Mención especial merece el respaldo de las familias, quienes acompañaron a la distancia o de manera presencial. Sus mensajes, llamadas, y oraciones fueron alimento para el alma de cada participante. Cada fotografía que compartieron, cada “¡Vamos, tú puedes!” desde casa, fue un impulso más para nuestros estudiantes.
Volver con el corazón lleno
El regreso fue sereno y feliz. Volvimos con nuevas historias, con amistades fortalecidas y con la seguridad de haber vivido algo que nos transformó. Como comunidad educativa, reafirmamos nuestro compromiso con una formación integral donde lo académico, lo espiritual, lo deportivo y lo humano se entrelazan para formar personas íntegras.
La alegría de haber llegado todos con bien, como mencionó Madre Griselda, fue uno de los mayores regalos. Ver a nuestros estudiantes regresar con sonrisas, con recuerdos imborrables y con una nueva visión del trabajo en equipo, nos recuerda por qué hacemos lo que hacemos.
Una nueva página en nuestra historia
Este viaje a San Luis Potosí no fue solo un evento deportivo. Fue una experiencia transformadora que nos recordó que la educación no se limita a las aulas, sino que también se construye en la convivencia, en el esfuerzo compartido y en la vivencia plena de los valores.
Celebramos lo vivido y nos preparamos para lo que viene, con la esperanza de que cada uno de nuestros estudiantes lleve en su corazón esta frase:
“Donde hay unidad, hay fuerza; donde hay valores, hay futuro.”
Gracias a todos los que lo hicieron posible.
¡Hasta la próxima aventura intercolegial! 🏃♀️🏀⚽
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